-Ya sabes que ha sufrido mucho.
-Lo sé, por eso la admiro tanto. Ha pasado por cosas muy duras y, a pesar de ello, jamás ha dejado de ser profesional en el trabajo ni ha dejado que las cosas malas que le pasaban se viesen reflejadas en la manera de tratar al resto de personas.
-Bueno, dicen que es muy estricta.
-Es estricta, claro que sí, pero forma parte de su profesionalidad, pero jamás ha hablado irrespetuosamente a nadie, aun teniendo razones para hacerlo, incluso cuando era evidente que tenía un mal día. Al menos para mí lo era.
-¿Cómo lo notabas?
-Cuando está bien sus ojos son de un verde brillante, con detalles marrones y amarillos alrededor de la pupila que hacen que parezca que se te van a tragar como si de un agujero negro se tratase… pero cuando está triste el verde parece más gris, y el marrón y el amarillo se mezclan en un color de tierra seca. Y lo peor: no brillan.
-¿En serio te das cuenta de todo eso?
-Sí. Y es una mierda no ver esos ojos en su máximo esplendor cada día.
-¿Te has enamorado?
-Es un amor platónico, el amor platónico no implica deseo físico, ya lo sabes. Simplemente me fascina, es admiración en estado puro. Si hay alguien en este mundo a quien quisiera parecerme al crecer… es a ella. Por eso, mi mayor deseo es ver sus ojos brillar, por qué significará que ella es feliz.
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