sábado, 21 de enero de 2012

Amor entre tres.


El bosque estaba más agitado que de costumbre. El viento hacía vibrar las ramas y aullaba como un lobo herido, mientras que yo daba vueltas y vueltas en mi saco de dormir.
-Mike, en serio, entre tú y yo: si buscas la manera de provocar una situación incestuosa y no sabes en qué postura ponerte para hacerlo más casual, prefiero que me lo digas antes de que sigas dando vueltas… - La voz ronca de Jeremy era la evidencia de que él sí había logrado conciliar el sueño y yo se lo había interrumpido.
-Mira que eres retrasado… Es que hay mucho ruido, ¿no crees? No recordaba el bosque tan ruidoso. No consigo pegar ojo. – Escuché cómo mi hermano desabrochaba su saco para alcanzar la mochila y sacar una cajita pequeña. Me la lanzó y se sacó algo de la oreja
-Tapones. Son el futuro, chico. – No pude evitar reírme y le hice un gesto con la cabeza para agradecérselo, pero la sonrisa se borró de mi rostro al recordar a Sophie.
-Jer…
-¡Dios bendito, Michael! – Jeremy ya se había metido de nuevo en el saco y se había tapado hasta arriba.
-¡Tío pero si es que llego a pestañear dos veces más y estás ya roncando!
-Bueno, como sea. Escúpelo.
-¿La echas de menos? – Él me miró algo confuso al principio, pero luego pareció darse cuenta de lo que quería decir y se sonrojó, mirando al suelo.
-Como todos, supongo.
- ¿Por qué lo consentíamos?
-No lo sé, Mike. Supongo que querer a una persona implica que quieres estar a su lado a toda costa, aunque signifique compartirla con tu hermano. – Las palabras de Jeremy se me clavaron en el pecho y sacudí la cabeza.
- Entonces yo no debí quererla mucho.
-Simplemente no podías más. Es normal, a mí me costaba mucho también. Anda, duérmete, no hablemos de eso.- Y antes de que pudiese contestarle escuché salir de su saco un ronquido tremendamente exagerado para ser real.
Sophie me miraba con los brazos cruzados y poniendo los ojos en blanco ante lo que le estaba diciendo.
-Es que no entiendo por qué te importa, Miju.
-¡No me llames así! Pues me importa porque te quiero, Sophie. No puedo soportar más esta situación. No puedo besarte sabiendo que mi hermano lo hará en un par de horas.
-Pensé que habíamos quedado en que era lo mejor.
-En eso quedaste tú, ¡No nos quedaba otra que aceptarlo!- Parece ser que los gritos habían atraído a Jer al claro en el que estábamos.
-¿Qué está pasando aquí?
-Tú esfúmate enano, estamos hablando.
-Creo que tengo derecho a saber lo que le dices, ¿no? Estoy con ella tanto como tú.
Su respuesta me hizo apretar los dientes y un rugido de rabia se escapó de mi pecho, acercándome a mi hermano a zancadas y asestándole un puñetazo. Él cayó de espaldas muy sorprendido, pero enseguida reaccionó y acabamos rodando y envueltos en una lluvia de golpes. Sophie gritaba e intentaba separarnos, pero habíamos perdido el control y en un gesto brusco con el brazo la empujé hacia atrás y se golpeó con un árbol. Empezó a sangrar con el labio partido pero Jeremy y yo no nos dimos cuenta y seguimos moliéndonos a golpes. Poco después paramos para coger aire, ambos magullados al máximo y echamos un vistazo alrededor extrañados de no oír a Sophie, pero ella no estaba allí. Nos miramos y echamos a correr hacia el campamento. Allí los chicos intentaron averiguar qué había pasado pero nosotros solo sabíamos preguntar por Sophie, solo que allí tampoco estaba. De repente llegó Rick de recoger leña y todos nos quedamos callados.
-Eh, peña. ¿Qué pasa? ¿Por qué estáis tan callados?
-Rick, tío… -Intenté coger aire para explicárselo, pero Jer me atajó.
-Sophie ha desaparecido, ha sido todo muy rápido, nos estábamos peleando y sin querer mi hermano la ha empujado y no sabemos qué ha pasado después que cuando acabamos de pelear ya no estaba.- Fulminé a mi hermano con la mirada y éste respondió del mismo modo, pero apenas pudimos expresar nuestro odio, porque Rick nos asestó sendos puñetazos que nos tiró de espaldas.
-Como le haya pasado algo a mi hermana juro por Dios que lo vais a pagar.- Y salió a buscarla al bosque.
-Pero no apareciste… - Murmuré contra el borde de mi saco de dormir.- ¿Dónde estás, Sophie?- Y apenas terminé la frase caí rendido.

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