domingo, 14 de noviembre de 2010

Filofobia

Escucho un susurro en medio de la oscuridad, me estremezco por no saber de dónde vendrá, de repente, junto a mi oído, una voz angelical… Susurra que soy especial, que me quiere de verdad. Mis ojos se acostumbran a ver en la penumbra, percibo una silueta que sin verla me deslumbra, mis defensas se derrumban ante tanta dulzura y me pregunto ¿estaré soñando? No cabe otra explicación para lo que está pasando y mi corazón ya se ha cansado de latir para sobrevivir, ahora late por ella, por su encanto sin fin. Su risa me desvela que era lo que yo esperaba, una pieza de coleccionista en billones valorada y sus dudas me apuñalan como daga envenenada que paraliza mis venas en espera de que ella venga y con su magia expulse de mí ese alma cercenada que de tantas malas pasadas ya no cree en cuentos de hadas.
No me pega, ¿verdad que no? Filofobia es lo que ocupa el principal cajón de mí, de mi desgastado corazón. Ella aparece y quiere calmar mi dolor, llena ese cajón de promesas, de te quieros a media voz y es el amor el que llama a mi puerta, ¿debo abrir si siempre llama y la verdad es que nunca entra? Necesito dormir, dar paz a mi cabeza… Que grita a viva voz, que grita el nombre de ella.

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