lunes, 13 de febrero de 2012

When all is lost.


Cuesta mucho tener fe cuando parece que todo se derrumba, creer en un futuro más claro, menos problemático... Es muy difícil pensar que las cosas irán bien cuando todo a tu alrededor te grita, te grita cada vez más fuerte porque cada vez estás más abajo. Es complicado sonreír con sinceridad cuando sabes que algo barrerá esa sonrisa sin piedad en cuanto te descuides.

Mantenerse parece imposible cuando empiezan a concentrarse nubes sobre tu cabeza, desatando una tormenta y te deja empapado, calado hasta los huesos. ¿Por qué seguir con lo que sabes que no va a ninguna parte? Todo se acaba y, por desgracia, algunas cosas acaban demasiado pronto.

Siempre he creído que hay que ser fuerte, aguantar, esperar a lo que venga con la cabeza alta y aguantar el tipo, pero tengo las rodillas desolladas de caer una y otra vez, cada vez con más fuerza.

¿Esperanza? Siempre la he tenido acoplada como una segunda piel. Siempre ha sido parte de mí. He tenido esperanza hasta resultar casi ridículo... Pero, ¿cómo la mantengo cuando veo todo tan, tan negro? No quiero abandonar. Quiero encontrar fuerzas para sea lo que sea lo que tiene que venir... Pero, ¿de dónde?

Es cierto que necesitamos creer en algo, sea lo que sea, para seguir adelante pero creemos porque lo que está más adelante merece la pena, ¿no? ¿Qué pasa cuando no sabes qué hay más allá? Cuando no sabes si hay forma posible de llegar a ese futuro decente, ¿por qué luchas? ¿Qué pasa cuando te da miedo ir hacia delante porque el camino está cada vez más oscuro?

Hay que creer. ¿Hay que creer? ¿En serio? Ojalá fuera tan fácil.
No sé ni cuándo ni dónde perdí la fe, por lo que dudo que pueda volver a encontrarla.

http://www.youtube.com/watch?v=eAM2-hg7xJs&feature=related

No hay comentarios:

Publicar un comentario