sábado, 30 de noviembre de 2013

El lado frío de la cama.



A veces se me olvida cuánto hace que no estás,
Mis manos no tiemblan, mis ojos se secan,
Y ya no temo a la oscuridad.

A veces se me olvida que destrozo lo que toco,
Morfeo me acuna antes del amanecer,
Y deja de doler este mundo loco.

A veces se me olvida mi futuro condenado,  
Sueño una gran casa, con perros y un jardín,
Y no creo estar pidiendo demasiado.

Entonces  me despierto con la cara en la almohada,
Con mil sueños clavados en mi pecho desgarrado,

Y mis dedos aferrados al lado frío de la cama.


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