
Llegamos al campamento y allí estaban Jer y los demás calentándose al fuego. Saludé a Beth y cuando quise acercarme a Rick, éste me volvió la cara, alejándose hacia los árboles susurrando algo entre dientes que no llegué a comprender. Vi por el rabillo del ojo cómo Jeremy intentó alcanzarlo en un par de zancadas con el ceño fruncido, pero le cogí por la chaqueta y le obligué a quedarse a mi lado. Él se resistió y casi me da un codazo en el estómago.
-¡Quita tío! ¿Pero tú crees que es normal que sea tan maleducado? – Se le oía rechinar los dientes desde lejos.
-Déjalo Jer, de verdad. Es lógico que se ponga así.
-¿Lógico? ¡Bah! – Se apartó bruscamente de mí y se sentó de nuevo frente al fuego. Me quedé observando a mi hermano. Ya era todo un hombre, sus rasgos estaban bien definidos y había perdido el aspecto desgarbado de su cuerpo, ya tenía la complexión musculosa característica de los chicos de nuestra familia.
Emití un largo bostezo y me desperecé estirando los brazos horizontalmente, pretendiendo despertar a Jeremy de un leve golpe con uno de ellos, pero mi brazo se encontró con el saco de dormir vacío de mi hermano. Me incorporé y froté mis ojos, aún adormilado.
-¿Dónde estará?... – Me levanté y salí de la tienda. No había nadie aún en el campamento, pero a lo lejos se escuchaban unas risas ahogadas. Puse los ojos en blanco. Al final Jeremy había conseguido ligarse a Valerie. ¡Qué cabrón! Me reí entre dientes y decidí ponerle en una situación comprometida.
Me puse la chaqueta y me acerqué al riachuelo, de donde venían las risas, escondiéndome detrás de unos arbustos. Sonreí al ver cómo Jeremy se echaba encima de la chica, acariciándola por todo el cuerpo.
-Menudo sobón. – Susurré para mí entre risas. Pero la risa se me atragantó. La chica rodeó el cuello de Jeremy y se asomó por encima de su hombro y entonces pude verle la cara. No era Valerie. Sophie se mordía el labio reprimiendo los gemidos que mi hermano le provocaba. Quise salir a insultarlos a ambos, pero no pude, no pude más que quedarme callado y sentir las lágrimas cayendo por mi rostro.
-¡Joder Mike! Hoy estás que no estás.- Levanté la vista y vi a Cam que me pasaba un plato de plástico con la cena y un trozo de pan. Lo cogí agradeciéndoselo en un murmullo inentendible.
- Lo siento. Estaba… Con la cabeza en otra parte.
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